La “des-digitalización” de Venezuela

Por Carlos Jiménez / DATANALISIS y TENDENCIAS DIGITALES

 

El título de este artículo intenta describir una tendencia que venimos observando con preocupación desde hace cuatro años. Y es que el uso de internet en Venezuela no podía salir ileso en lo que ha sido una de las peores crisis económicas que ha vivido el país. Con base en los estudios realizados por Tendencias Digitales, hemos observado como la adopción de internet en el país prácticamente se ha estancado en los últimos cuatro años, haciendo que Venezuela descendiera cuatro puestos en el ranking de penetración de internet en Latinoamérica.

En el año 2013 la adopción de internet en Venezuela era equivalente a un 48% de la población y en el 2016 alcanzó al 53%, lo que equivale a un crecimiento de cinco puntos porcentuales (la región creció catorce puntos porcentuales en el mismo período de tiempo). Para ponerlo en contexto, en Latinoamérica hay países como Chile, Uruguay y Argentina donde el 70% de la población tiene acceso a la red. Incluso, países más cercanos geográficamente a Venezuela como Colombia, Ecuador y República Dominicana, ya superan el 60% de uso de internet.

Este estancamiento en la penetración de internet obedeció en los primeros años a la dificultad que los proveedores de Internet (ISPs) tienen para realizar las inversiones y, por ende, para promover sus servicios en un entorno de libre competencia, donde el ganador generalmente es el consumidor. Recordemos aquellos años de la segunda mitad de la década de los años 2000 cuando empresas telefónicas y “cableras” rivalizaban para ganar esa masa emergente de consumidores interesados en llevar el internet de los cibercafés a su casa. El principal operador, en manos privadas, ofrecía su “internet equipado”, donde se sorteaba la barrera de la posesión de la PC. Por su parte, empresas de TV por suscripción aprovechaban su base instalada para ampliar su oferta a los hogares con el llamado triple play, que obviamente incluía la internet. Incluso, en un país con una proporción importante de viviendas en barrios populares, las empresas de telefonía móvil aportaban una solución con sus conexiones inalámbricas. Todo parecía indicar que Venezuela estaría entre los países con más uso de internet en Latinoamérica. Pero estos dos últimos años las restricciones en el crecimiento no provienen solamente de la oferta, sino ahora también de una demanda afectada severamente por el deterioro del poder adquisitivo. Y es que en un país donde el ingreso no alcanza para comprar los alimentos básicos, un servicio como internet se convierte en un lujo que muchos no se pueden dar.

Otros indicadores

Pero el principal problema no es solamente el estancamiento en la adopción de internet, que implicaría el mantenimiento de una brecha digital, que como ya ha estudiado Tendencias Digitales no depende solamente del nivel socioeconómico o ingresos de la población, sino de su nivel educativo y status laboral. También la calidad de esa internet ha disminuido en los últimos años y eso se evidencia en una caída en la posición de Venezuela en el Índice de Uso de Internet, desarrollado por Tendencias Digitales.

Este índice complementa la tradicional medición de penetración de internet (que permite establecer comparaciones entre países con diferentes tamaños de población) con otros indicadores que permiten medir el desarrollo de internet en un país, tales como: diversidad y tipos de usos, realización de transacciones electrónicas y el ancho de banda. Según este índice, Venezuela ocupaba la primera posición en el año 2013 (a pesar de ubicarse de octava en adopción), descendiendo  diez peldaños para el año 2016, ocupando la posición número 11. Según esto, el deterioro del estado de internet en el país no solamente se relaciona con el estancamiento en la penetración sino que involucra otros aspectos.

¿El vaso medio lleno?

No obstante, a pesar de esta dificultad para pagar conexiones a internet en Venezuela, sigue sorprendiendo como en algunos indicadores de uso de internet el país se destaca, como la adopción del comercio electrónico (no en valores medidos en US$, por supuesto), la penetración de algunos medios sociales (principalmente Twitter) y la adopción de banca electrónica más alta de la región. Y es que muchos de estos usos se estimulan por la crisis (inseguridad personal, escasez y desabastecimiento, dificultad para informarse objetivamente en los medios tradicionales, etc.), convirtiéndose en una solución a los problemas de la gente.

Si Venezuela desea retomar ese camino que marcó el decreto 825 (que declaraba el uso prioritario de internet) y la creación de los infocentros que apuntaban a cerrar la brecha digital, necesariamente debe “arreglar” su entorno macroeconómico y garantizar que las empresas puedan invertir con la seguridad de que proveer de internet al país es un buen negocio. No hay otra fórmula. De otra manera, terminaremos rogando que alguno de los globos aerostáticos de Google nos provea de algo de conexión para chequear nuestros correos electrónicos.

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Revista de la Cámara Venezolana Americana de Comercio e Industria –VenAmCham. Creada en 1968, abordamos con profundidad, análisis y perspectiva el panorama económico, legal, social y político donde se desenvuelven las empresas privadas en Venezuela.

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