¡Es la gente, estúpido…!

En esta edición de nuestra revista abordamos un tema que consideramos medular: la retención y motivación de talento

Por Carlos Tejera

Si bien nuestros comités informan sobre una muy amplia variedad de retos importantes que cotidianamente tienen que enfrentar nuestras empresas miembros y que varían dependiendo del sector, hay un elemento común en todas las presentaciones:   el desafío del recurso humano, es decir, conseguir las personas con las destrezas adecuadas, y generar en ellos compromiso para con la organización.

Esta lucha por el talento que se está convirtiendo en una verdadera crisis, obedece a varias razones. La primera es evidentemente la enorme emigración de personas de nuestro país. Estudiosos de la materia nos informan que entre 1.6 y 2 millones de personas se han ido de Venezuela durante los últimos 12 años, y más de la mitad tienen títulos universitarios o más. Toda esa formación, toda esa experiencia valiosa, toda esa inversión, se pierde con altas probabilidades de no recuperarla. Se puede decir que el reto es doble, porque no solo hay que retener el talento en la empresa, sino retener también el talento en el país.

Luego tenemos la inflación. La pérdida de la capacidad adquisitiva y el blanco móvil del costo de la vida, dificulta tremendamente las políticas de compensación y aumentos salariales. Aunque no hemos llegado a niveles de hiperinflación, que en otros países llegó a obligar ajustes de sueldo hasta semanales, la tendencia en Venezuela ya es de ajustes trimestrales, y aún esto puede empezar a quedarse corto. Es imposible ajustar sueldos al mismo ritmo de la inflación, y menos cuando se está sometido a un régimen de precios fijados por el gobierno que no permite que el margen operativo sea ajustado para cubrir los crecientes gastos generales y de nómina. Incidentalmente, se complica la situación en cuanto a determinar cuál es el aumento por inflación y cuál es el aumento por desempeño. Es inevitable entonces que la brecha entre los sueldos y el costo de la vida se agrande, y entonces pasamos de superar incomodidades y remediar desabastecimientos a pensar en supervivencia y en cómo cubrir las necesidades más básicas.

Te invitamos a leer el artículo completo en la edición digital de Business Venezuela.

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