Camilo Egaña: “Soy escandalosamente cubano”

Tan fuertes son sus raíces, que con solo imaginarse un café cubano se le hace agua la boca a este profesional de la comunicación que todas la noches ofrece su mejor sonrisa con entrevistas reveladoras, en el programa de televisión que lleva su nombre y es transmitido por CNN En Español

Por Adriana K. Machuca

Un café cubano todas las mañanas y un buen libro en su mesa de noche son los complementos ideales  de Camilo Egaña.  Un hombre felizmente cubano, cercano e incisivo, relajado y exigente a la vez, pudoroso con sus asuntos personales, pero ávido de querer contar las experiencias que le han dejado los 20 años de trayectoria profesional.  Gracias a la loable evolución como presentador, cada noche, congenia con sus entrevistados en el espacio que CNN En Español le concedió bajo su propio nombre: Camilo.

Camilo Egaña es risueño, habla claro y sin rodeos, y según sus propias palabras, con sentido del humor muy ácido. Fuerte de carácter, al punto de que ha acudido a terapia durante los últimos seis años para controlar su temperamento.

Está acostumbrado a indagar y a lograr que sus invitados afloren con transparencia sus maneras. Business Venezuela  en este encuentro revierte ese papel.   Ahora Camilo responde a cada pregunta sin dejar a un lado su lengua afilada, llena de ironía e inteligencia.  Dejó ver su disposición, sencillez y apertura para dar a conocer su personalidad durante este pin pon de preguntas y respuestas.

Actualmente reside en Estados Unidos, específicamente en la ciudad de Miami.  Sin dejarse tentar por las propuestas culinarias que ofrece el multicultural estado de Florida, le es fiel a sus cimientos, a su acento.  A diario toma un café cubano e ingiere comida típica de su región natal.  Y ante tanta fidelidad surge la interrogante.

¿Qué tiene el café cubano que le produce salivar con tan solo nombrárselo?

El café cubano es el más grande.  Este café ni siquiera se hace con granos de café cubano.  Creo que lo hacen con granos de café colombiano o brasileño.  El hecho es que lo bueno que tiene este café es la manera cómo lo hacen, con espumita, ¡se me hace la boca agua! Te engancha tanto que puedes sentarte por horas a conversar e intentar enderezar el mundo hasta tomarte la última gota, hasta el fin de los tiempos.

Te invitamos a leer el artículo completo en la edición digital de Business Venezuela.

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